lunes, 30 de noviembre de 2015

PRÓXIMOS TRABAJOS

EN MARCHA O PREVISTO EMPEZAR

Hago este anticipo porque desde primeros de Octubre no he publicado nada en "El color del maldito cristal", principalmente por centrarme en mi otro blog, "Un Hollywood muy personal", y en diversas páginas en las que colaboro, o voy desparramando comentarios sobre lo que hacen o comentan otras personas, y atrae mi atención. 

Así, pues, el blog sigue vivito y coleando y en breve habrá nuevas publicaciones.

EN MARCHA
Hay de todo, como en la Viña del Señor, así que habrá:

Narraciones, más vividas que inventadas, aunque la Memoria o la Imaginación hagan de las suyas en algún momento.  

Artículos sobre aspectos de lo que vea, lea o escuche y me inciten a opinar.

Hechos del Pasado, vivídos en persona, sea primera, segunda o de figurante; y en los que, es bastante probable que los nombres que aparezcan sean los reales; y, si es así, si sale barba, San Antón, y si no La Purísima Concepción. Tampoco pretendo crear falsas expectativas: lo que cuente tampoco será para rasgarse las vestiduras; lo que ocurre es que la soberbia y falta de sentido de la autocrítica de algunas personas es tal, que entre diez cosas dichas sobre ellas, de las cuales nueve son elogiosas y una crítica -y no feroz precisamente- sólo tienen oídos para la adversa,considerada por ellas con rango de ataque personal.

A terminar de revisar lo escrito hace algún tiempo sobre una mujer extraordinaria, la tenista Alice Marble, ganadora de varios títulos del Gran Slam, gran luchadora por los derechos civiles y cuya vida fue una auténtica aventura real, no "de película". 
También a concluir lo hecho hace tres o cuatro años sobre la barcelonesa Eugenia "Jinx" Falkenburg, mujer polifacética cuya vida personal y profesional también fue otra aventura, aunque sin los episodios terribles que vivió y consiguió superar, Alice Marble.

Narraciones sobre recuerdos, traslados, perros, gatos y plantas viajeras... Dos de las narraciones están terminadas hace tiempo y falta darle el último repaso y terminar de sopesar la posibilidad de incluir fotos y unos dibujos que me hizo mi hermana Rosario.

PREVISTO 
Momentos concretos de mi paso por el Club de Tennis L'Hospitalet, del cual ya he publicado algunas cosas anteriormente; las casas de Barcelona en las que viví,en Aribau 133 y Provenza 89; los Centros en los que estudié, la Barcelona de mi época; el Sant Joan d'Alacant en el que vivo... Periodistas, pseudoperiodistas o comentaristas "al dictado", Políticos de tres al cuarto, Críticos... Fútbol, Patrocinios, ventas encubiertas, Pérdida de la Identidad de Ciudades, Instituciones... La terrible Superficialidad de una población mayoritariamente desmemoriada, aborregada e incapaz de tener criterio propio y hablar a través de opiniones o consignas ajenas...

En síntesis: El Cuento de la Lechera.

Hasta pronto.













  

lunes, 12 de octubre de 2015

INCAPACIDAD PARA RECONOCER ERRORES

EL COMENTARIO QUE LA CADENA SER NO QUISO PUBLICAR



Escrito el 11 de Octubre de 2015, en la página web de la emisora, a propósito de la noticia sobre la victoria de la tenista española Garbiñe Muguruza en el Torneo de Pekin. La noticia de la Cadena, sin firma, en la que en rojo he señalado los errores de bulto o comentarios poco acertados, fue la siguiente:

NOTICIA
“Muguruza llevaba tiempo asomándose a finales que se le han escapado. Quizá la más dolorosa fue la derrota en la hierba de Wimblendon ante Serena Williams, aquel partido, en donde peleó hasta el final, la encumbró al top 10 mundial y mostró las virtudes del juego de la hispano-venezolana. “Aún no he descubierto mis límites”, aseguró tras la derrota.

El destino le dio una nueva oportunidad de enfrentarse a Williams, fue en el torneo de Wuhan (China), pero tampoco tuvo suerte y se retiró lesionada. Por todo esto, la cita de Pekín se hacía especial. No estaba Venus y Bacsinszky asustaba menos.

Muguruza salió a la pista decidida a llevarse el título, aunque la tenista suiza –número 17 del mundo- no iba a ser un rival sencillo y apretó mucho al comienzo del partido. Garbiñe se llevó un apretado primer juego por 7-5, con un gran final de set. El segundo juego no sería más sencillo. La suiza apretó en todo momento el saque de Muguruza, que a pesar de ello consiguió mantener su ritmo para ganar el segundo set por 6-4 llevándose a casa un torneo muy especial para esta joven tenista que ya figura entre las mejores del mundo y que, como dice, desconoce dónde están sus límites.”

Ante tal cúmulo de errores, más o menos de bulto, pero suficientes para señalar la falta de conocimientos sobre el tema del autor, he puesto el siguiente comentario:

“¿Qué valor se puede dar a esta información si quien la hace no distingue entre juego y set? Y no es algo puntual, ya lo he advertido en anteriores noticias. Por cierto, la Williams de Wimbledon y de Wuham no eran la misma, en cada caso fue una de las hermanas.”

Nada más ponerlo ha salido el típico aviso que advierte que el comentario está en cuarentena por si contuviera expresiones o conceptos insultantes o falsos y que, en menos que canta un gallo, deciden.

Pasan varios minutos de silencio sepulcral y el comentario no aparece. Como el Diablo sabe más por viejo que por Diablo, he guardado la noticia original y regreso a la página, comprobando que han rectificado el fallo de denominar “juego” a lo que es “set”, dejando igual lo demás, ya más discutible sobre si es fallo o distinta interpretación. Indica en el apartado correspondiente: cero comentarios. 

LA NUEVA VERSIÓN DE LA NOTICIA: 
Todo igual –aunque sigue dejando Wimblendon, en vez de Wimbledon- excepto el cambio en el párrafo que sigue

"... Muguruza salió a la pista decidida a llevarse el título, aunque la tenista suiza –número 17 del mundo- no iba a ser un rival sencillo y apretó mucho al comienzo del partido. Garbiñe se llevó un apretado primer set por 7-5, con un gran final. El segundo set no sería más sencillo. La suiza apretó en todo momento el saque de Muguruza, que..." 

Como no soy de los que se conforman, pongo otro comentario, a sabiendas de que no será publicado, pero con la intención de comprobar su capacidad para disculparse ante los lectores.

“Han rectificado un error y eso es positivo, pero no han publicado el comentario que he hecho, en modo alguno insultante, pero que dejaba en evidencia el escaso conocimiento del tema de su autor, y eso es grave porque demuestra que no son capaces de encajar las críticas sobre su propio trabajo.”

No hay ningún tipo de respuesta, aunque mira por dónde, no me dan de baja en el Registro de lectores. Me tendré que dar yo.

El que ha escrito el artículo de Cadena Ser no sé quién es, ni me importa; no sabe de lo que escribe e incluso da la impresión de ser bastante ignorante en general. Analizo lo que he puesto en rojo:

… llevaba tiempo asomándose a finales que se le han escapado
Teniendo en cuenta que las dos finales perdidas se celebraron, una hace tres meses y otra hace una semana, pues no se puede decir que sea mucho tiempo; la historia del tenis está plagada de tenistas que perdieron muchas finales y durante años, antes de ganar una. Que le pregunten a Jana Novotna o a Goran Ivasinevic las finales que perdieron y los años que pasaron hasta ganar… WimbleNdon, por ejemplo.

… Wimblendon, ante Serena Williams… El destino le dio una nueva oportunidad de enfrentarse a Williams

La “n” intercalada dudo mucho que sea un lapsus: esa persona lo ha escrito a conciencia. Es algo muy común entre quienes no siguen el tenis, ni tienen interés por él, y la palabra ni siquiera la han visto escrita. Es normal, no tienen por qué saberlo y se lo he oído a diversas personas, pero en un periodista deportivo que escribe o habla de tenis, es una mala señal. 

Sobre el Destino… Que algo semejante lo diga una persona poco dada a analizar las cosas, vale, pero un comentarista un poco serio, pues no. El Destino, la Suerte, o la Diosa Fortuna no le ha dado nada. Se lo ha dado sus condiciones naturales, muchas horas de trabajo, su capacidad de superar situaciones adversas y saber asimilar las enseñanzas recibidas. De todas formas, aludir a la suerte -buena o mala- es algo muy común en muchos periodistas, sean deportivos o de otras especialidades.

Respecto a Williams da la impresión de que quien comenta no sabe que se trata de las dos hermanas Williams, por la forma en que tarda en hablar de Venus.

… se llevó un apretado primer juego por 7-5
Esta es Cum Laude: la persona que escribe no sabe qué es un juego y qué es un set. Luego, lo repite, por si había dudas: … El segundo juego no sería más sencillo

¿A QUÉ NOS LLEVA TODO ESTO?
A la absoluta falta de capacidad para admitir públicamente los errores, aunque eso sí, se rectifiquen sin decir ni pío. No existen las suficientes dosis de humildad y de “savoir faire”, para con elegancia, disculparse, sin ocultar el comentario adverso que los delata. Que no es, ni más ni menos, lo que ellos exigen a los demás; sean políticos, escritores, deportista, médicos, técnicos o ciudadanos de cualquier profesión. Ni en la SER ni en otros medios de comunicación son precisamente blandos a la hora de resaltar los errores ajenos (de según quién).

Dice la Cadena Ser, entre sus diversas y estrictas normas:
La discrepancia y el contraste de opiniones son elementos básicos del debate. Los insultos, ataques personales, descalificaciones o cualquier expresión o contenido que se aleje de los cauces correctos de discusión no tienen cabida en la Cadena SER.”

Sí, sí, “la discrepancia y el contraste de opiniones son elementos básicos”, mientras no  se cuestione lo que publica la Cadena, claro, que entonces se silencia el comentario, aunque aprisa y corriendo se corrige lo indispensable y, ¡quién sabe!, se le dé un tirón de orejas al autor o autora de la “fechoría”

En cualquier caso, ningún medio de comunicación admite fácilmente sus errores. Sucede a diario a pesar de que su capacidad para cometerlos, a veces de bulto y en temas mucho más trascendentes, es notable. 

Regreso a la web de Cadena Ser, busco la noticia y todo sigue igual, pero hay un comentario: alguien felicita a Garbiñe Muguruza y la anima. ¡Bien!...

Seré práctico: al menos he conseguido que alguien aprenda lo que es un “juego” y lo que es un “set”. Menos da una piedra…

De todas formas, que nadie se llame a engaño: la incapacidad para reconocer los propios errores no es privilegio de periodistas, políticos o juecesComo no lo es, buscar una excusa para justificar el fallo propio o un "culpable" al que cargarle el muerto. A cualquier nivel y entre las personas que tratamos -sea de forma habitual o esporádica- se produce a diario. Y en parte es así porque la persona "culpable" es consciente de que si lo reconoce la van a poner a caer de un burro, sin aceptar ninguna de sus explicaciones sobre el cómo y el porqué pasó, aunque no tenga antecedentes por "delitos" similares.



domingo, 6 de septiembre de 2015

MOTIVOS SECUNDARIOS

PARA COMPRAR UN LIBRO

No pretendo pontificar o hacer un estudio medianamente serio sobre la cuestión. Es una consideración sobre el porqué, sin mediar un interés directo por la obra, su autor o autora y el tema compré determinados libros. Adquiridos, pues, por un impacto visual o una atracción instantánea capaz de hacer desoír las advertencias de la Razón en el sentido de pensármelo mejor, no caer en la tentación de lo inmediato, por atractivo que fuera, y recapacitar si verdaderamente me era necesario comprarlo. Que no fuera víctima, como otros, de un fervor efímero pasado el cual, lo iba a conducir inexorablemente a un estante del que no se movería más que para ser alojado en otro lugar en un futuro reordenamiento de la biblioteca.

Comprado por su título, el diseño de su portada, la pinta de quien lo escribió -si había foto- o, si contenía imágenes, por una foto concreta.

¿Supone ésto mucho en el total de las adquisiciones a lo largo de tantos años? 

Bien mirado, no; pero tampoco es un número despreciable y es digno de tenerse en cuenta. Admito que en bastantes de esas ocasiones me he pillado los dedos y con el tiempo he controlado el impulso comprador; pero, claro, la cabra tira al monte y he tenido recaídas. También, imagino que en algunas ocasiones en que no compré, debería haberlo hecho. 

La cuestión es que hace unos días me vino a la memoria un fotógrafo inglés de larga trayectoria como reportero durante varias décadas: TERRY FINCHER, que simultaneó su trabajo como reportero de guerra en Vietnam y en diversos conflictos de carácter más local, con el seguimiento de la Familia Real Inglesa, actores y actrices, crímenes... Tal como él lo distribuye en los capítulos de su libro: 

THE FINCHER FILE: Suez-The turning point, Learning the trade, Crime and punishment, Royalty, Biafra, Vietnam, Famous faces, etc.  

Pues, bien, éste es un caso claro de libro comprado por una imágen; aunque lo cierto es que era interesante por muchos más motivos. Motivos, sin embargo, que es posible que no hubieran sido suficientes sino hubiera existido tal foto: ésta, de la Princesa Margarita de Inglaterra. 


No he conseguido encontrar esta foto en Internet, de forma que he debido fotografiarla del libro The Fincher File, con lo cual la calidad no es la adecuada. Con todo, permite apreciar, aparte de la belleza intrínseca de foto y modelo, la habilidad de Fincher para dejar vislumbrar el liguero de la Princesa sin enseñar más de la cuenta.

No es que yo fuera admirador de la princesa o sintiera interés por este tema, aunque siguiera en su momento las tribulaciones de la pobre en su frustrado deseo de casarse con el Capitán Townsend (nota 1). Las seguía a través de las revistas que compraba mi madre, Primer Plano, Hola y otras. El Hola hizo un seguimiento exhaustivo del caso y mis hermanos y yo, que leíamos lo que caía en nuestras manos, pues estábamos al tanto de cosas que, en rigor, nos importaban un rábano, pero, bueno, era lectura y había muchos "santicos"... (nota 2)

El libro lo compré en Vip's de Rambla de Cataluña al poco de abrirse, a principios de los 80s, me parece recordar. En la entrada había un largo estante con libros extranjeros de gran formato a unos precios muy asequibles, nada normales hasta entonces para libros de ese tipo.

Lo cierto es que eran muchas las fotos interesantes y abarcaban muchos temas, no en balde eran un reflejo de muchos años de trabajo en muy diversos frentes, fueran o no de guerra. No obstante, lo que me impactó fue la foto de Margarita, ya muy de baja en aquellos años 80s y el recuerdo de sus desventuras seguidas a través del HOLA!

Estas otras fotos también pertenecen al libro de ese gran fotógrafo, Terry Fincher.


A pesar de su belleza y fotogenia, la carrera como actriz de Lynn Frederick
fue poco brillante. Se la recuerda más por haber sido la última esposa de Peter Sellers.
Terry Fincher siguió su trayectoria desde muy joven. 
Terry Thomas

Aden

Irlanda del Norte

Vietnam

Julie Ege

El autor, en los 80s, con una pequeña parte de su obra.

De todas formas y pasados los años, no escarmiento: si por causas que sean el libro me entra por los ojos, lo compro. Y si sale con barba, San Antón y si no, la Purísima Concepción.

Nota 1. El Capitán Townsend y Margarita:




Nota 2. 
Antiguamente, en algunos lugares, a las fotos o ilustraciones de las revistas las llamaban santicos, como si fueran imágenes de santos. 
Recuerdo que mi madre, cuando de pequeño me veía un poco mustio, cogía La Vanguardia o una revista y me decía algo así como, "¡Venga, vamos a ver los santicos." 
Y me leía los pies de foto, no se si tal cual o improvisando para hacérmelos más pasables.

miércoles, 6 de mayo de 2015

EL GATOPARDO (sobre la novela)

A PROPÓSITO DE EL GATOPARDO: 
LAS JUGARRETAS DE LA MEMORIA



Hace unos días, en la Lista de "libros que dejaron su huella" se coló un fallo al hacer el comentario sobre "El gatopardo", la novela de Giuseppe Tomassi de Lampedusa. Error fácilmente evitable sino fuera porque estaba convencido de que lo comentado era tal como lo recordaba. 
Mi memoria, cada vez más juguetona, me jugó una mala pasada. Afortunadamente es un error subsanable porque... había una testigo: mi hermana Rosario, que, entre sus múltiples virtudes, cuenta con una memoria mucho mejor que la mía.

Ayer, hablando con ella, me recordó cómo fue en realidad.  Todo lo escrito era cierto, pero falló un detalle esencial: el comienzo..

Puse: 
" Me lo regalaron los vecinos del 4º, 2ª, los Señores Abellán, con los que manteníamos una excelente relación."

En realidad:
Se lo regalaron a mi hermana, mientras que a mí me regalaron "Platero y yo", de Juan Ramón Jimenez.

¿Qué pasó para que me confundiera?

Rosario, tras un rápido y eficiente lavado de cerebro, me propuso un intercambio de libros, que acepté. 

Con el tiempo, mi memoria no retuvo este detalle y mi vanidad hizo el resto: hacerme creer que nuestros vecinos me lo habían regalado conscientes de que a pesar de mi juventud estaba mental y espiritualmente preparado para afrontar la lectura de El gatopardo. Tampoco es de extrañar que lo creyeran porque al fin y al cabo todavía iba un curso adelantado, de los dos que fui.

Mi hermana leyó los dos libros en menos que canta un gallo y le gustaron. Juan Ramón Jimenez se convirtió para ella en un autor a seguir y Tomassi de Lampedusa, menos porque escribió muy poco. 

Acertó de lleno al proponerme el cambio: está en mi primera lista.




lunes, 4 de mayo de 2015

LIBROS QUE DEJARON SU HUELLA II

LIBROS DE ELECCIÓN PERSONAL
LA DÉCADA DE LOS 60'S 

Nunca sentí interés por leer algo de Kafka, pero estas cartas las leí y releí en infinidad de ocasiones.
Empieza la década igual que terminó la anterior: libros leídos de los que se compraban mis hermanos, Juan y Rosario, o lecturas en la Biblioteca de Catalunya, entonces Biblioteca Central. Unos pocos de los muchos leídos, pero son -aunque es posible que me olvide de alguno- los que mayor impresión me causaron, sin que en modo alguno sea consecuencia de la categoría del autor, la calidad de la obra o su trascendencia, que la tuvo pero de forma personal. Como en la mayoría de las ocasiones no medió recomendación de nadie, ni comentario o critica ajena para que se despertara mi interés por su lectura. Para atraerme a veces bastaba el título, la pequeña reseña sobre el autor o autora -a veces desconocido-, una portada sugerente o el diseño del libro. A veces me pillaba los dedos y el libro me decepcionaba -y lo abandonaba- o no me causaba mayor impresión, pero no escarmentaba y seguía dejándome llevar por la intuición -sigo sin escarmentar-, pero acertaba muchas veces. En ocasiones, un libro aparecido sin publicidad -como la mayoría en esa época-, de autor casi desconocido, se convertía en un éxito y se sucedían las ediciones. 

Conforme avanzó la década mis ingresos propios fueron aumentando, mis dos hermanos, Juan y Rosario se casaron y se fueron de casa, y aunque seguimos intercambiando libros nuestros intereses literarios divergieron en cierta medida, ya que cada uno se fue especializando en determinados temas. La compra directa fue ya el principal medio de adquisición de libros.


Hacerme socio del Club de Lectores me permitió adquirir libros a un buen precio, pero al cabo de un tiempo se me quedó pequeño el catálogo, respecto a lo que me interesaba -mi interés se desplazaba hacia los libros de Política, Historia del Siglo XX y Cine-, y me dí de baja. Influyó que un amigo de mi hermano, Joaquín Alberich, nos ofreció la posibilidad de traernos los libros que quisiéramos, sin las limitaciones del Círculo, con el aliciente de incluir los publicados en el extranjero y no permitidos en España.


Hacia el final de la década las novelas leídas serían ya una minoría frente al resto de temas y el Cine, a través de los libros, y de forma práctica en la década siguiente, harían su aparición. 

Es posible que se me olvide algún título, pero en líneas generales los libros importantes en su momento, aunque esa impresión fuera fruto de unas circunstancias personales, pasajeras o no, y de muy diferente tipo y medida. Y que en otras circunstancias políticas y sociales, con el país abierto al exterior, hubiera sido diferente porque hubiera tenido acceso a todo lo publicable y en el momento adecuado.



CUATRO
Leída de la BIBLIOTECA DE CATALUNYA, entonces CENTRAL, al poco de hacerme lector, cumplida la edad requerida para serlo y aprovechando que disponía del verano sin exámenes pendientes. Iba cada día y pedía un montón de libros, prácticamente a ciegas. Si no me interesaban, volvía a rebuscar entre los catálogos y volvía a pedir. mientras me  los traían me pasaba a la Sala de Revistas. Cuando no podía terminar la lectura a la hora del cierre la bibliotecaria lo guardaba.
Jovencito y con experiencia nula, el clima erótico de Cuatro me conmocionó. Como Lajos Zilahy o William Somerset Maugham -autor predilecto de mi hermana en aquellos años-, Emil Ludwig cayó en el olvido en España.





BAILÓ UN SOLO VERANO
No tenía ni idea de cómo era la novela ni que de ella se había hecho una película doce años antes, en 1951. Película que no se estrenó en España hasta cerca de treinta años después de realizada.



LAS CÁRCELES DEL ALMA
Hacia finales de los 50s y hasta mediados de los 60s, Lajos Zilahy fue uno de mis autores favoritos. Eran ediciones de bolsillo de Plaza-Janés. Mi interés fue decayendo y el autor cayó, en España, en el más absoluto de los olvidos. Ahora vuelven a reeditarse sus principales obras.




EL JARAMA 
No tuvo nada que ver la concesión del Premio Nadal. Nunca un premio ha influido en mi interés por leerlo. Me deslumbró.



NADA
No había sentido interés en leerla y en ningún momento la asocié con la película dirigida por Edgar Neville e interpretada por Conchita Montes, que había visto cuando era un niño y en una sesión doble. La leí porque me enteré de que parte de la acción transcurría en la calle Aribau, la mía. 



EN ESTE PAIS
Leídos y releídos algunos de los artículos y tomados como referencia en numerosas ocasiones. La confirmación de la sospecha de que el país y una buena parte de sus habitantes dejaban mucho que desear, cualquiera que fuera la época que se considerase. 



CARTAS A UN JOVEN POETA 
Primero de los libros en los que empecé a subrayar y añadir acotaciones. Se podría decir que en algunos momento fue como un "libro de cabecera".




LAS HERMANAS MAKIOKA 
Esta novela de Junichiro Tanizaki me atrapó en la primera línea y ya no me soltó hasta la última. Pasaba por una época de acercamiento al cine y a la novela japonesa, que se había iniciado años antes, de niño, viendo "Rashomón" en una terraza de verano de Jumilla (Murcia), en un programa doble con "Un caballero andaluz". A mi hermana y a mí "Rashomón" nos deslumbró, mientras la inmensa mayoría del público se moría de aburrimiemto. El suspiro de alivio cuando terminó la proyección de la película y el jolgorio ante la aparición de los primeros créditos, con Carmen Sevilla al frente, fueron espectaculares. Se habían cambiado las tornas y a rosario y a mí se nos aproximaba una hora y media muy diferente, pero éramos muy jóvenes, de mentes abiertas y buenos encajadores, así que le sacamos la parte positiva a la cuestión y no supiuso ningún martirio ver algo que estaba en las antípodas de nuestros gustos.




EL SIGLO DE LAS LUCES.
Vi la novela en una de las mesas de libros que hay en algunas librerías, no recuerdo cual, entre otros libros, sin mayor realce. Me encantó, como lo hizo, aunque en menor medida, "Cien años de soledad", poco antes, o después, no sé. Sin embargo, ambos autores fueron para mi interés, flor de un día porque lo siguiente que leí de ellos no me llegó a interesar. 




EL DRAMA DE LA FORMACIÓN DE ESPAÑA Y DE LOS ESPAÑOLES 
Del prólogo de la obra:
..."Consideraría como un gran servicio a España, en las cercanías de mi muerte, iluminar sus posibilidades cara al mañana con una justificada lección de optimismo, al mostrar el dramatismo de nuestro ayer sin parangón posible con el mucho menos duro y menos problemático pasado de los otros pueblos de Occidente. Deseo brindar aquí una justificada lección de optimismo que en breves páginas pueda llegar al común de los españoles para quienes no siempre es accesible mi antes citada obra."
Sus obras y las de muchos seguían siendo inaccesibles casi treinta años después. En este libro, Claudio Sanchez Albornoz ponía en su sitio la historiador "Américo Castro y sus secuaces," como los calificaba.



LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
A través de Joaquín Alberich las obras prohibidas en España empezaban a llegar a mis manos, aunque fuera como si estuvieras cometiendo un crimen. Sobre la Guerra Civil había leído cuanto me parecía mínimamente fiable de lo que se publicaba, leyendo entre líneas algunas cosas, imaginando algunas y descartando las que no me merecían crédito. La obra de Hugh Thomas me proporcionó un punto de vista más fiable.


THE MOVIES
Una historia del Cine desde sus comienzos hasta principios de los 50s. Se la compró mi hermano a JoaquiN, pero años después me la regaló. En fascículos, que luego me encuadernaban, en libros, en castellano o en inglés fue el comienzo de una serie de obras generalistas sobre la historia del cine de las que, desgraciadamente, no las conservo todas.



El ESTUDIO
Cine por dentro a través del seguimiento del dia a dia en los estudios de la Twentieth Century Fox a finales de los 60s. con los rodajes de "El planeta de los simios", "Star", "Hello, Dolly", "La playa" y otras. Sería el primero de una larga serie de libros sobre cine dedicado las experiencias personales de los propios cineastas, fueran intérpretes, directores, escritores o estudiosos del tema.



LA AZAROSA HISTORIA DEL CINE AMERICANO
Un libro muy antiguo -de 1939- que, como tanto otros, apareció muy tarde en España. Aquí empezó mi acercamiento al cine que se hacía cuando yo todavía no había nacido y que me provocaba una sensación de rechazo cuando era joven.




LOS CINCO LIBROS DE ARIADNA
El "descubrimiento" de Ramón J. Sender a través, ¡cómo no!, de un libro importado como si fuera un delito -delito consentido según las épocas y las circunstancias-. Luego, vendría "Crónica del Alba" y muchas más.









domingo, 26 de abril de 2015

LIBROS QUE DEJARON SU HUELLA

LISTA PERSONAL DE LIBROS 
infancia y adolescencia: los libros no comprados


En mi opinión, las listas, sean de libros, de películas o de cualquier otro tema susceptible de ser clasificado en un orden de calidad, trascendencia o de atracción, deberían ser personales, que, al fin y al cabo es lo que son las que periódicamente se publican, aunque en ese caso, para confeccionarlas, se hayan reunido un grupo de eminencias sobre el tema en cuestión. Estas listas oficiales en ocasiones pueden resultar desconcertantes, tanto por lo que aparece en ella como por lo que se omite.

Sólo con que alguien fuera capaz de reunir unos miles de listas personales con los libros preferidos, computar los datos y con ellos confeccionar una lista, creo que sería más representativa. En ella puede estar, ¿por qué no?, cualquier obra -mayor o menor-, siempre que haya sido capaz de divertir, conmover o hacer reflexionar a la persona que la leyó, y mantenerse en su recuerdo; por más que sus gustos o su pensamiento hayan evolucionado hacia otro tipo de obras.


Esto lleva a confeccionar nuestra propia Lista lista por épocas de la vida: la Infancia, la Adolescencia, la Juventud, la Madurez, la Vejez... y a partir de cada una de ellas ir a parar a una Lista General, con todas las infancias, adolescencias, etc. Con la flexibilidad lógica de las circunstancias de cada persona. Es decir, que si a una persona escogió leer el "Ulysses" o "El Quijote" por propia voluntad y le emocionó a una edad temprana -los 14 años, por ejemplo- pues estará en su lista de la adolescencia, y si a otra (o quizá la misma, quién sabe) fue "Los tres mosqueteros" la obra que le impactó a los 60, pues aparecerá en su lista de la Vejez. 

No necesariamente estarán en ella las obras cumbres de la Literatura infantil, juvenil o de cualquier otra edad, por el mero hecho de que hayan sido señaladas como tales. Aparecerán si verdaderamente provocaron unos sentimientos que otras no consiguieron, pero no por otro motivo. 

Ocupado su sitio cada obra esencial, años después ya no tendrá nada o muy poco que ver con los gustos o inquietudes que ocasionó en su momento, pero mantendrán su significado y la constancia de que cuando se produjo, lo sentido fue algo esencial en la distracción o la formación -todo es factible- y dejaron una impresión muy fuerte en la persona, cualquiera que fuera su edad. 

La primera lista, la que corresponde a la Infancia, es diferente a las demás y prima en ella lo sentimental. Son libros no escogidos. Por más que hayan gustado fueron escogidos por otra persona, que, evidentemente acertó en la elección, de lo contrario no hubiéramos leído el libro varias veces y lo estaríamos incluyendo en la lista.

Hace unos días, anticipándome al DÍA DEL LIBRO 2015, coloqué en mi página (muro) de facebook las portadas de algunos de los libros leídos durante la infancia y primera juventud. Ahora, con más detalle, explico someramente el porqué de cada libro.

Algunos los dejaron los REYES MAGOS en el balcón la Noche del 5 de Enero; el RATONCITO PEREZ debajo de la almohada cuando se me cayó un diente -a veces dejó una golosina o un pequeño juguete- o personas muy queridas me los regalaron por mi santo o mi cumpleaños. Provienen, pues, de regalos y al no ser escogidos por mí, la impresión podría suponerse casual, pero que no lo fue lo explica el hecho de que los leyera íntegramente, sin abandonarlos, e incluso los releyera en varias ocasiones y los conserve; más que el mero hecho de que no hubiera elección entre otros.

En los pies de foto añado características que pueden resultar interesantes acerca de los libros -editorial, autor, ilustrador en algún caso- o detalles complementarios que, sin duda, serán comunes a muchas personas, como librería, circunstancias de la época o detalles personales que, en realidad, no lo son tanto porque muchas personas han vivido vivencias parecidas.



JOSÉ Mª RIEUSSET, EDITOR
Barcelona, Sepúlveda 88.
Es bastante probable que sea el primero que me trajeron los Reyes Magos, hacia 1946. 

Los libros de los 1940s tenían una calidad de papel muy pobre, fueran españoles o hispanoamericanos. 

En España, a partir de los 50s, mejoró, aunque en las ediciones de bolsillo siguió siendo baja, en general, durante muchos años.











EDITORIAL MOLINO, Buenos Aires. Versión española, José Mª Huertas.
Dibujos, Emilio Freixas. Reyes de 1950. La letra de la dedicatoria es de mi madre.


¿La escribió porque ya me había enterado de quienes eran los Reyes?
Aunque han pasado seis años desde la edición de Dumbo la calidad del papel sigue siendo muy baja.

La labor de Emilio Freixas fue muy amplia: portadas de libros y revistas, ilustración de libros, publicidad, carteles... y algo menos conocido, su labor docente en la enseñanza del dibujo, en libros y cuadernos, de los que recuerdo haber visto alguno en casa.






EDITORIAL ATLÁNTIDA, Buenos Aires. Edición nº 20 del libro, en 1947 (1ª en 1927).
Autor, CONSTANCIO C. VIGIL (Uruguay, 1876; Argentina, 1954). Dibujos, FEDERICO RIBAS (Vigo, 1890, Madrid, 1952). Un libro absolutamente maravilloso.

Un recuerdo que no tiene que ver con el libro y que es común en otros de esa época:
Dentro, entre sus páginas, he encontrado pequeños recortables dibujados por mi hermana Rosario a los 11 o 12 años. Los tres hermanos, como nuestra madre, éramos bastante aficionados a guardar notas, dibujos o pétalos de flor entre las paginas.








JOSÉ BALLESTA, EDITOR. Buenos Aires.
Biografías, EMILIO PEREZ. Ilustraciones, HERMENLIN.
De la misma colección, a mi hermano Juan los Reyes le trajeron El dueño del mundo,
de Julio Verne, adaptado por Elianne de Vignen, y a mi hermana Rosario, Leyendas de Oriente, de Francisco Lanza, con ilustraciones de R. Fortuny












Los de la adolescencia ya fueron elegidos por mí, en mi casa o en la de mis abuelos, buscando entre los que había. También en la biblioteca del Instituto Jaime Balmes de Barcelona. Todavía no estaba en condiciones de comprar y el poco dinero de que disponía lo empleaba en tebeos, cromos y pequeñas publicaciones, generalmente de tipo deportivo, de aviación o de historia. o todo lo que salía del que fue el único ídolo de mi infancia, el jugador del FC Barcelona, Ladislao Kubala.



Lo compró mi hermano en la Librería Astrea
(Rambla de Cataluña, 117, Tfno. 73403). 

Estaba en la esquina con Rosellón y, si existiera todavía y usando una nomenclatura actual para calificar ciertos comercios o enclaves, era una librería "con encanto".

En el camino de vuelta, Instituto Balmes-Casa pasaba con frecuencia por delante y me paraba a curiosear cada vez que veía cambios en los escaparates. 




En el interior del libro, junto a una foto del autor -precísamente la que añado- y su firma, la semblanza: "Novelista, poeta e investigador literario contemporáneo. Nació en Estados Unidos el 17 de mayo de 1908". 

Es un autor, y una obra en este caso, que no me explico que haya caído en el más absoluto de los olvidos. De una de sus novelas, Los conspiradores, se hizo una versión para el cine en 1943, dirigida por Jean Negulesco e interpretada por Paul Henreid y Hedy Lamarr.








Mientras la ciudad duerme, se lo regalamos a mi madre por su cumpleaños. La Televisión no había llegado a España y ella seguía la versión radiofónica de la novela, en EAJ-15, Radio España de Barcelona. bueno, y mi hermana y yo, también. Estaba muy bien hecha, con un excelente cuadro de actores dirigido por José Joaquín Marroquí, con Juan Luis Suari y María Luisa Solá

Radio España la recuerdo como una buena emisora en la que trabajaron profesionales que luego pasaron a la televisión. Ya destacaba Joaquín Soler Serrano que, entre otros programas, se encargaba de Cascabel, cuentos narrados que con su manera de contarlos hacía muy entretenidos. Serrano se fue a Venezuela, en donde tenía oportunidad de hacer televisión y regresó a España años después, en donde a pesar de no tenerlo fácil porque TVE-Barcelona era un coto cerrado y en la Radio la competencia era notable.





En la foto de la portada de la revista Correo de la Radio, están María Luisa Solá y Juan Luis Suari, protagonistas de la versión radiofónica de Mientras la ciudad duerme. La foto la he bajado de la página de Santxe, Manga Classic.



EDICIONES DEL ZODIACO, Barcelona. Colección EL CLUB DE LOS LECTORES. Traducción de José Farrán y Mayoral. Impresor, C. Puig. Escorial, 16.

Este libro no recuerdo como llegó a mis manos pero es bastante probable que lo comprara en el Mercado de San Antonio, un domingo por la mañana, o en la Feria del libro de Ocasión en Septiembre, me atrajera el título de forma irresistible y llevara suficiente dinero para comprarlo.

La calidad del papel había mejorado y el formato del libro era pequeño, como medio folio.

La coleccción completa de 12 libros sobre la Primera Guerra Mundial la compré en los 70s, pero los que me atrajeron en su momento de la edición original los fui sacando en préstamo de la Biblioteca del Instituto Balmes, simultaneándolos con otros de historia de la aviación.  Me trae un recuerdo lamentable:
Un viernes que salía de la biblioteca dirigiéndome al salón de Actos para ver la película de la semana, un mal encuentro: me crucé con el DIRECTOR del Instituto, Sr. Chinchilla, que había tenido de profesor de matemáticas en 2ª de bachillerato. me expliqué y su respuesta fue que esas no eran horas de estar por allí, me dió un puñetazo en el pecho y se fue. Nunca me ha había pasado algo así  ni me volvió a pasar. El puñetazo me cortó la respiración, me quedé recostado contra la pared boqueando como un pez que han sacado del agua y cuando me recuperé fui a ver la película, que ya estaba empezada. No lo comenté con nadie.





Esta novela, del médico Frank G. Slaughter, la sacó en préstamo mi hermano Juan de la biblioteca de la Casa de América. Le eché el ojo porque parecía del Oeste y la leí.

¿Por qué está en esta lista de libros que dejan huella? Por esta frase que me cogió en un momento de cambio de la infancia a la adolescencia:
"...la vió salir del agua con sus senos erguidos como copas de alabastro".

Estuve releyendo esa página hasta que mi hermano devolvió el libro.



EDITORIAL NOGUER, 1959.
Los vecinos del 4º, 2ª, los Sres Abellán con los que manteníamos una excelente relación nos regalaron un libro a mis hermanos y a mí. El de Juan no lo recuerdo, el de Rosario fue "El gatopardo" y el mío, "Platero y yo", de Juan Ramón Jimenez, reciente entonces el Premio Nobel de Literatura. A Rosario le atrajo Platero y cambiamos los libros, aunque igualmente leyéramos los tres. 
Los Sres Abellán no tenían hijos, aunque cada uno tenía trece o catorce hermanos. En verano, algunas noches conversábamos, después de cenar, en los balcones que daban a la calle Aribau, mis hermanos y yo y en ocasiones también mi madre. Algunas noches mi padre se había ido a su tertulia en el Café Navarra, en Pº de Gracia-Caspe y, si nuestra peculiar tertulia se había alargado, lo veíamos regresar andando o, si había vuelto en tranvía, tirándose en marcha en la esquina de Aribau-Córcega, en donde el 54 y el 66 giraban.

Con los 18 recién cumplidos, me apresuré a hacerme lector de la Biblioteca de Catalunya, que desde el fin de la Guerra Civil, en Abril de 1939, se impuso que pasara a denominarse Biblioteca Central

A partir de aquí empieza otra lista.


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